De anfitriones a promover ante la ONU una operación humanitaria en el Sahara Occidental
Leopoldo Cólogan

Los hoteles han sido protagonistas destacados del año 2020, como el lugar en el que unos héroes, con sentido de la responsabilidad social, y haciendo gala de creatividad y ética, afrontaron, a principios del año 2020, con éxito, uno de los primeros casos en España de la enfermedad denominada Covid-19, protagonista de la actual pandemia.
Estos héroes fueron el equipo del Hotel H10 Costa Adeje, en Tenerife, los sanitarios y demás profesionales y responsables, incluido políticos, que tuvieron que gestionar esa situación, con la que nos vuelven a demostrar que, las personas, aún actuando dentro de nuestro ámbito cotidiano y con nuestros defectos y virtudes, podemos hacer cosas extraordinarias aportando algo a nuestro entorno.
Los trabajadores dijeron “tenemos que representar lo que somos y somos anfitriones”, y así lo hicieron, transmitiendo el valor humano y donando a ONGs las propinas recibidas, dejando una huella emocional en aquellos que con su esfuerzo habían pagado por unas vacaciones y que se tuvieron que enfrentar a una experiencia distinta a la esperada, y extrema. Eso fue lo que se les reconoció a dichos trabajadores en Futurismo Canarias 2020, con el premio ejemplar contra el Covid-19.
Tras ello, los hoteles han seguido siendo protagonistas, por haber tenido que cerrar y estar vacíos, lo que representa un panorama desolador para Canarias, un parón de una actividad económica y social esencial, que genera, para muchas personas y familias que viven directa o indirectamente de ello, la necesidad de tener que buscarse la vida por otro lado para cubrir sus necesidades básicas.
Dicha paralización económica, entre otras muchas, ha motivado la publicación del Real Decreto-ley 34/2020, de 17 de noviembre, de medidas urgentes de apoyo a la solvencia empresarial y al sector energético, y en materia tributaria, en el que, entre otras cosas, se establece la ampliación en tres años del plazo de vigencia de los avales del RDl 8/2020, de 17 de marzo, y se amplía, hasta el 14 de marzo de 2021, la suspensión del plazo para cumplir con la obligación de solicitar la declaración de concurso del deudor que se encuentre en estado de insolvencia.
Ese protagonismo de los hoteles ha ido a más, y ahora, algunos de ellos, sirven para acoger a muchos migrantes, un drama social, de personas jugándose la vida en el mar, siendo víctimas del negocio ilegal del tráfico de personas, que se nutre de la desgracia ajena, que, a su vez, está generando una nueva actividad en Canarias alrededor del mismo, con el incumplimiento de algunas normas, como las que regulan la entrada legal a España, las de los usos y actividades urbanísticas permitidas en las distintas instalaciones, y supone un coste adicional para una sociedad que no es capaz siquiera de generar puestos de trabajo suficientes para sus habitantes actuales, y dificulta aún más la reapertura de los hoteles de su entorno.
La relajación en el cumplimiento de las normas en distintos ámbitos, como es el caso de la falta de respeto a la propiedad ajena, con el fomento de la ocupación ilegal de viviendas o inmuebles, y el cuestionar a las instituciones pilar de la democracia, como al poder judicial, impidiendo desahucios, cuando ya se han celebrado juicios con sentencias firmes, representa un mensaje negativo a la sociedad; de porqué hay otras normas que sí hay que cumplir, con un exceso de regulaciones que no siempre responden a la lógica de premiar el esfuerzo y de poder deducirte fiscalmente todos tus gastos reales y esenciales para ti; lo que, además, podría llevar a cuestionarse el porqué, en cambio, hay que ser tan exigente con el cumplimiento de las obligaciones fiscales de Messi y del Rey emérito, con todo el valor añadido que han aportado a España. El velar por la confianza en las instituciones es esencial.
"Debería prevalecer la aplicación de las normas de derecho internacional en origen frente a la imposición de hechos consumados e intereses políticos particulares, por lo que la aplicación del derecho internacional no puede hacerse sobre hechos consumados, ignorando el estatus anterior [...]"
Lo cierto es que España, o su Gobierno, tiene una capacidad más limitada de actuación en África Occidental, que la que podría tener el Real Madrid CF y/o el FC Barcelona que, de la mano de la ONU y del propio Gobierno español, podría contar con la ayuda de la Casa Real española y de la UE, montando una ciudad deportiva, un equipo de fútbol que juegue en la liga española y, por tanto, en las ligas europeas, y una universidad en el Sahara Occidental, creando alrededor de todo ello una vida económica y social que resulte atractiva a los habitantes de África Occidental y sirva de escaparate para cumplir sueños.
Como medida más inmediata; antes de desarrollar el anterior proyecto, para el que serán necesarios muchos puestos de trabajo, empezando por contratar a habitantes del Sahara Occidental, que deben ser los protagonistas principales de cualquier actuación; el ejercito español ha demostrado, cuando se le deja, que tiene la capacidad, la experiencia y los medios para desarrollar campañas humanitarias y solidarias, en este caso, de rescate en el mar, de la mano de la ONU y desde el Sahara Occidental, montando allí en pocos días los hospitales y las infraestructuras necesarias, como se ha hecho frente al Covid-19, y sirviendo de medida para el control de la pandemia, así como para tramitar y organizar las peticiones de asilo y la migración ordenada y solidaria.
En consecuencia, España tiene la capacidad y los medios, entre ellos, nuevas generaciones formadas en castellano (lengua común española y del Sahara Occidental), en francés (Marruecos, Mauritania y Senegal) y en inglés (Gambia), así como la legitimidad jurídica para promoverlo dado que, según resoluciones de la ONU, es jurídicamente, a pesar de haberse autoeximido y los acuerdos de Madrid de 1975 con Marruecos y Mauritania, la administradora del Sahara Occidental, según apuntó el informe jurídico (documento S/2002/161) dirigido al Presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y fechado el 29 de enero de 2002, cuyo territorio sigue figurando en la lista de la ONU como territorio no autónomo pendiente de descolonización.
La finalidad con la que se estableció esa administración era la celebración de un referéndum de autodeterminación, con base en el censo español de 1974, en el que el pueblo saharaui debía decidir sobre su futuro, si deseaba convertirse en un Estado independiente y soberano, asociarse libremente a un Estado independiente distinto, integrarse plenamente en otro Estado independiente, o asumir cualquier otra condición o estatuto político.
Debería prevalecer la aplicación de las normas de derecho internacional en origen frente a la imposición de hechos consumados e intereses políticos particulares, por lo que la aplicación del derecho internacional no puede hacerse sobre hechos consumados, ignorando el estatus anterior, lo cual tiene mucha relevancia a la hora de determinar las aguas territoriales del Sahara Occidental y las de Canarias, donde, entre otras, deben llevarse a cabo las operaciones humanitarias de rescate.
Resulta evidente que, una lengua común es una ventaja competitiva y potencia los vínculos, y que las otras lenguas te enriquecen culturalmente, e igualmente, no cabe duda, de que ayudar a los demás da una gran satisfacción, pero no hay que olvidar que realmente ayudar es formar en saber hacer y en premiar el esfuerzo, dando oportunidades, y lo que tiene que venir de África Occidental hacia Canarias, que es una región ultraperiférica de la UE, son barcos, veleros y yates, y lo mismo en sentido inverso, generando una zona de actividad social y económica, con una costa maravillosa, además de rica en pesca, fosfatos, hierro, petróleo y gas, que nos permita, superando esta pandemia, ser anfitriones unos de los otros, y sin que nadie imponga la solidaridad, que debe ser voluntaria, ya que la libertad de unos termina donde empieza la de las otras personas.
No se puede dar lo que no se tiene. No se puede ayudar al que lo necesita arruinando y debilitando a quién podría ayudarlo. Los problemas se resuelven en el origen, y la solución en Canarias está en ayudar al sector turístico, que aporta más del 40% de los empleos, y en no quitarle al sector platanero cien millones de su ayuda, siendo el sector agrario, como se ha puesto de manifiesto durante la pandemia, esencial para el interés general, y el plátano en concreto, su principal producto de exportación, representando más del 80% de las exportaciones agrícolas, cuya infraestructura y logística está sirviendo para el desarrollo de otros productos y reduce los costes de las importaciones.